martes, 17 de mayo de 2011

Sombras del destino

Envenenada con tu esencia, burbujea entre mis venas, hasta fundirse en mi sangre.
Ósculos desenfrenados, golpean mi rostro, mi cuello, erizando nuestras pieles con la simetria de una composición de Bach o un verso de Bécquer.
Afines en el mundo terrenal, creando imperios donde reinan el placer y el deseo.
Armonia de almas vagabundas, que encuentran la una en la otra... el hogar.
Piezas, olvidadas y encontradas a la voluntad del irrisorio destino.
Sombras caminantes, sedientas del sol que las proyecta.